Hay muchos trucos, más o menos legales, que algunos utilizan para ahorrar en el seguro de moto, aunque no suelen ser tan efectivos como en principio se podría pensar.
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Poner el seguro del hijo a nombre del padre
Los conductores jóvenes y noveles pagan más por el seguro que los experimentados. Es común que el padre contrate el seguro para que su hijo conduzca, y así pagar menos. En principio, parece una buena idea, pero es “pan para hoy y hambre para mañana”.
Es importante para el conductor joven ir generando, año tras año, un buen expediente como conductor, ya que así el precio del seguro irá bajando con el tiempo. Cuando llegue el momento de comprarse una moto más grande, o pasarse al coche, también se va a beneficiar de descuentos y bonificaciones.
Si el padre va “cargando” con el seguro del hijo, se tardará más en desarrollar ese historial, así que, finalmente, será contraproducente para que el chaval pueda ahorrar en el seguro de moto.
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Mentir
Ponerse creativo a la hora de indicar las características de la moto o tu historial cuando contratas un seguro es una Mala Idea.
En el mejor de los casos, las compañías aseguradoras van a comprobar tus verdaderos datos antes de contratar.
En el peor de los casos, si se produce un siniestro, saldrán a la luz tus invenciones, lo cual se traduce en problemas para tu bolsillo o incluso con la ley. La compañía no volverá contratar contigo en un largo tiempo, y si vuelve a hacerlo, será con un precio más alto.
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Estaciones
Algunas compañías saben que muchos moteros no usan tanto su moto en invierno como cuando hace buen tiempo, y por eso ofrecen una reducción de la cuota en esos meses de “hibernación”. Antes de contratar, es recomendable informarse sobre si la compañía con la que quieres contratar ofrece esa posibilidad, o cualquier otro tipo de promociones o descuentos. Esta puede ser una buena forma de ahorrar en el seguro de moto.
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¿Seguro caro? Fracciona el pago
Los seguros se contratan por anualidades, es decir, firmas para disponer el seguro durante un año. El pago, generalmente, también se hace anualmente, pero algunas compañías ofrecen la facilidad de poder hacer este pago de manera fraccionada. Las características de este fraccionamiento dependerán de cada compañía, e incluso del tipo de seguro que tengas.
Lo más normal es que el fraccionamiento sea semestral, cuatrimestral o trimestral, y dependa mucho del precio del seguro. Hay un precio mínimo a partir del cual sí se permite el fraccionamiento, y cada compañía fija ese mínimo.
Generalmente, cuando pides un pago fraccionado, el precio anual del seguro se te incrementa ligeramente, entre un 4% y un 2%. El recibo se generará automáticamente.
Recuerda que fraccionar el pago no quiere decir que tengas un seguro “temporal”. Aunque estés pagando fraccionadamente, el seguro sigue siendo anual y tienes que pagar todo ese año.
En todo caso, antes de contratar, no olvides informarte sobre si la compañía te permite este tipo de pago. Puede que te resulte más cómodo para el bolsillo.
