Vender tu antigua moto o comprar una de segunda mano no termina cuando recibes el dinero y firmas el contrato de compraventa. Hay por lo menos un trámite que debes asegurarte que se lleva a cabo: cambiar la titularidad de la moto.
Es habitual que vendedor y comprador se repartan las tareas en la transmisión de una moto de segunda mano. Si el vendedor es quien suele encargarse de recabar la ficha técnica del vehículo o de buscar el contrato de compraventa, suelen quedar en manos del comprador los trámites posteriores como cambiar la titularidad de la moto.
Por dejadez o por ahorrarse unos pocos euros en la tasa por el cambio de titularidad es relativamente habitual no llevar a cabo este trámite y que la máquina siga a nombre de su primer propietario. Se trata de un enorme error que puede tener consecuencias.
Un caso concreto
Como corredores de seguros vemos todo tipo de incidencias y siempre tratamos de ponernos en la piel de nuestros asegurados. Una de las últimas tiene que ver con un cliente que no cambió la titularidad de la moto después de comprarla y que sufrió en sus carnes las consecuencias. Tuvo la desgracia de sufrir un accidente que dejó su moto destrozada. El resultado fue que la compañía declaró la moto siniestro total, una pena porque en este caso las indemnizaciones rara vez cubren el valor que nosotros damos a nuestra máquina.
Pero lo peor estaba por llegar. Y es que además de quedarse sin moto se puede quedar sin el dinero de la indemnización. El problema es que la aseguradora dijo que el ingreso tenía que ser para el anterior dueño de la moto. ¿Por qué? Porque es él quien aparece como titular de la moto en el registro. En este sentido, no parece muy justo, pero la aseguradora se está limitando a seguir la legislación sobre seguros, según la cual la indemnización en caso de sufrir la moto cualquier daño la cobra el dueño del vehículo, no el tomador del seguro -quien firma la póliza y está asegurado-.
Como corredores de seguros y moteros, sabemos que no hay nada peor que quedarte sin tu moto, pero que además no recibas ni un euro por ella por un error en el registro parece demasiado castigo. Por eso estamos hablando con la aseguradora para que aplique la lógica, pero siempre puede ser que ésta mantenga su decisión porque así lo marca la póliza. Para este tipo de caso siempre es bueno contar con un mediador que te ayude a hablar con la aseguradora con conocimiento de causa -que sea un experto en seguros- y que además pueda ejercer algo más de presión -no es lo mismo tener una póliza contratada que contar con miles-.
La mejor forma de evitar este tipo de situaciones es asegurarte de cambiar la titularidad de la moto. Aquí te explicamos cómo hacerlo y cuánto te costará.
¿Y si sufro lesiones?
Otra cuestión diferente es que además de daños materiales -la moto-, sufras daños físicos. Es decir, que te lesiones de alguna manera. En este caso el seguro sí te indemnizará a ti como tomador de la póliza. Eso sí, recuerda que los seguros a terceros no cubren los daños al piloto salvo que incluyan la cobertura de daños al conductor o que no seas tú el culpable del accidente y que la seguridad social tampoco lo hace. Esto quiere decir que si te caes tu solo conduciendo tu moto y vas a un hospital público te atenderán, pero después te enviarán la factura para que la pagues.
Ahora que ya sabes lo importante que es la cobertura de accidentes del conductor para estar bien cubierto por tu seguro de moto, descubre cuánto más te costaría en caso de no tenerla contratada.
También te interesa si vendes
En el ejemplo anterior el perjudicado ha sido el comprador, pero también puede salir perjudicado el vendedor y por eso es importante que te asegures que el comprador cambia de nombre la moto.
En el peor de los casos imagina que le roban la moto y se comete un delito con ella o simplemente que es un piloto imprudente y acumula multas. A efectos la moto seguiría siendo tuya y es a ti a quien la justicia te perseguirá. Lo más normal es que si después presentas el contrato de compraventa puedas revertir la situación, pero te supondrá un esfuerzo y una molestia que puedes evitar fácilmente con sólo cambiar la titularidad de la moto.
